El cuidado de la salud y la prevención de enfermedades implican la adopción de hábitos y conductas que contribuyan a mantener en buen funcionamiento nuestro organismo, reduciendo así los factores de riesgo relacionados con la edad y el género. Además, incluye la detección precoz de enfermedades junto a un tratamiento oportuno. Dentro del amplio conjunto de enfermedades que puede afectar la salud del ser humano, existe un conjunto clasificado como Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ENT o ECNT). Estas suelen tener prioridad en los programas preventivos de salud pública y también gozan de relevancia en el área de clínica familiar de nuestra Clínica Hispana Rubymed.
A continuación, conoceremos un poco más sobre las enfermedades crónicas no transmisibles, la forma de prevenirlas y los diferentes factores de riesgo asociados a cada una de ellas. Esta información será de utilidad para ayudarnos a adquirir las conductas y hábitos que nos ayudan a mantenernos saludables a largo plazo.
¿Qué es una enfermedad crónica no transmisible (ENT)?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ECNT son enfermedades crónicas caracterizadas por una progresión lenta y en muchas ocasiones, transcurriendo de forma asintomática hasta el momento en que alcanza estadios avanzados. Estas son el resultado de combinar factores genéticos, ambientales, fisiológicos y de comportamiento.
Las ECNT son la causa principal de discapacidad y muerte a nivel mundial, quitando la vida a 41 millones de personas cada año, lo cual equivaldría a un 71% de las muertes que se producen en todo el mundo. Por lo general, son enfermedades que ameritan tratamiento y cuidados a largo plazo.
Existen cuatro grupos o categorías de enfermedades crónicas no transmisibles:
1 – Diabetes
La diabetes es una enfermedad donde el nivel de glucosa (azúcar en sangre) se encuentra elevado a causa de resistencia a la insulina o producción insuficiente de esta hormona que en situación normal debería ser liberada por el páncreas.
El exceso de glucosa disponible en sangre ocasiona problemas serios en todo el organismo, incluyendo daño del tejido ocular, riñones y los nervios, desarrollo de enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, así como dificultad en la cicatrización de las heridas, lo cual puede conducir a amputación de miembros y problemas en casos de cirugías de emergencia.
Su prevención incluye una revisión periódica de los niveles de glucosa en sangre. Los factores de riesgo incluyen: ser mayor de 45 años, sedentarismo, hábitos alimenticios inadecuados, familiares diabéticos, tensión arterial alta, triglicéridos con valor superior a 250 mg/dL, obesidad y haber padecido diabetes durante el embarazo.
2 – Enfermedades cardiovasculares
Se refiere a un término amplio que describe al espectro de enfermedades que afectan el corazón y los vasos sanguíneos. Por lo general, se manifiestan como obstrucciones ocasionadas por el colesterol acumulado en las paredes de los vasos sanguíneos (arterias).
Los tipos más comunes de enfermedades cardiovasculares serían: cardiopatía coronaria, insuficiencia cardiaca, arritmias, arteriopatía periférica, hipertensión, enfermedades de las válvulas cardiacas, accidente cerebro vascular y cardiopatía congénita.
Respecto a los factores de riesgo asociados a enfermedades cardiovasculares, encontramos: herencia genética, colesterol elevado, presión arterial elevada, obesidad y sobrepeso, diabetes, alcoholismo, tabaquismo, inactividad física, niveles elevados de estrés y tener más de 65 años de edad.
3 – Enfermedades respiratorias crónicas
Las enfermedades respiratorias crónicas (ERC), son aquellas que comprometen el buen funcionamiento de los pulmones y las vías respiratorias. Entre ellas encontramos el asma, rinitis alérgica, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la hipertensión pulmonar.
No fumar y evitar la exposición a la contaminación ambiental, son las formas más eficientes de prevenir el desarrollo de cualquier ERC, ayudando también a reducir los síntomas asociados a cada una de ellas. Ante la presencia constante de tos, silbidos en el pecho y apnea del sueño, es preciso acudir por atención médica.
Sus causas pueden ser variadas, incluyendo: contaminación ambiental, fumar, contaminación de espacios cerrados en ambientes laborales, ser fumador pasivo, exposición constante a sustancias que desencadenan reacciones alérgicas, inhalación de productos químicos, antecedentes familiares de asma y alergias.
4 – Enfermedades oncológicas
El cáncer es un conjunto de enfermedades caracterizadas por la producción excesiva de células malignas, las cuales se desarrollan a una velocidad de supera los límites considerados como normales, por lo que terminan invadiendo tejidos saludables y diseminándose por todo el cuerpo.
Las causas y factores de riesgo que se asocian con enfermedades oncológicas, incluyen: anormalidades genéticas ocasionadas por agentes carcinógenos como la radiación, productos químicos, humo de tabaco y contaminación. También se incluyen las anomalías genéticas heredadas, las cuales ocasionan mayores probabilidades de desarrollar la enfermedad.
Para su tratamiento se consideran diferentes aspectos, como la edad del paciente, su salud general, el tipo de tumor y su localización, así como el estadio de la enfermedad. El tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia, así como terapias biológicas y hormonales. En casos avanzados, se busca únicamente reducir síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
¿Quiénes poseen mayor riesgo de padecerlas?
Las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) tienen la capacidad de afectar a cualquier persona, sin hacer distinción entre grupos de edad, regiones, país, raza o género. No obstante, según los datos analizados, al menos un 85% de las muertes “prematuras” por cualquiera de estas enfermedades tienen una tasa de incidencia superior en países de bajos ingresos.
Dietas malsanas, modos de vida poco saludables, poco acceso a salud de calidad, inactividad física y otros factores, suelen incrementar las posibilidades de desarrollar cualquiera de estas enfermedades.
Por consiguiente, las Enfermedades Crónicas No Transmisibles se pueden prevenir y controlar a través de cambios en el estilo de vida, debido a que la mayor parte de los factores de riesgo mencionados son modificables. Algunas recomendaciones serían:
- Evitar el consumo excesivo de alcohol.
- Ingerir alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas, minerales y Omega 3.
- Reducir el consumo de azúcar y alimentos procesados en exceso.
- Evitar consumir alimentos ricos en colesterol y grasas saturadas, como frituras, leche entera o productos de panadería.
- Incluir en nuestra rutina diaria la actividad física en intensidad moderada.
- Acudir a revisiones generales de salud periódicamente, las cuales deberían incluir exámenes de sangre, control de peso y estudios anuales para la detección temprana del cáncer.